Actualmente se le ha empezado a dar mayor atención a la población de adultos mayores, quienes hoy en día abarcan una alta tasa de población en la sociedad, según la encuesta Casen 2020, en Chile la población de más o igual a 60 años alcanzaba los cuatro millones de personas, mientras que en Cepal/Cedale, se proyectó para el año 2050 el alcanzar un 6.430.269 personas de más o igual a 60 años, siendo un 31,6% del total del país.
Por otro lado, se estima que un 85,8% de los adultos mayores es independiente o se valen por sí mismos, mientras que un 14,2% es dependiente, según el Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA). Respecto a esto, uno de los factores a considerar que podrían ser un riesgo y uno de los principales dentro de la vida de los adultos mayores, es acerca de cómo el aislamiento repercute en su bienestar general, tanto física, mental y social.
¿Qué significa bienestar?
Cuando hablamos de "bienestar", podemos entenderlo de dos maneras principales:
1. Desde una mirada personal:
Se trata de cómo cada persona evalúa su vida en general. Por ejemplo, cuando piensas en los momentos felices o difíciles que has vivido, haces un balance interno para decidir si te sientes satisfecho con tu vida.
2. Desde una perspectiva psicológica:
Aquí, el bienestar es una señal de cuánto has crecido como persona y desarrollado tus habilidades. No se trata solo de estar feliz, sino de sentir que avanzas, enfrentas desafíos y te desarrollas.
En pocas palabras, el bienestar es esa sensación interna de estar bien contigo mismo y con tu vida. Depende tanto de tus circunstancias como de la forma en que enfrentas lo que te sucede.
¿A qué nos referimos con aislamiento?
Cuando hablamos de aislamiento, es común relacionarlo con la soledad, pero es importante entender que no son exactamente lo mismo.
La soledad es un sentimiento que aparece cuando sentimos que nuestras relaciones no son lo que necesitamos o que estamos desconectados del mundo que nos rodea. Esto puede generar malestar emocional, tristeza e incluso afectar nuestra salud mental, especialmente si sentimos que nos faltan vínculos significativos o apoyo afectivo.
Sin embargo, hay una gran diferencia cuando la soledad es elegida. En ese caso, puede ser algo positivo, ya que buscar tiempo a solas puede ayudarnos a descansar, reflexionar y recargar energías. Por lo tanto, la soledad puede ser un problema cuando es impuesta, pero un beneficio cuando es una decisión personal.
Se han identificado cuatro dimensiones en cómo la soledad podría afectar a las personas mayores:
- Familiar: esta dimensión está orientada a la ausencia del apoyo familiar o poco adecuado.
- Social: dimensión orientada a la falta de valoración o afecto en las interacciones sociales o relaciones.
- Conyugal: esta está orientada a la ausencia de pareja, provocando incertidumbre o negatividad a futuro, o bien, ausencia de afecto de pareja actual.
- Adaptación: esta dimensión se basa en la dificultad de adaptarse a ciertos medios, lo cual genera sentimientos de inutilidad y dependencia.
Un estudio realizado por Carmen Muñoz y Manuel Monrroy (2020) exploró las condiciones de vida de adultos mayores que participaban en organizaciones sociales en las localidades de Forrahue, Pucatrihue y Neltume.
Los resultados fueron preocupantes: un 54% de los adultos mayores encuestados manifestaron sentir soledad y aislamiento, lo que impacta negativamente en su salud física y mental.
Este hallazgo resalta la importancia de fortalecer los vínculos sociales en esta etapa de la vida, ya que la conexión con otras personas es clave para mantener una buena calidad de vida, reducir el riesgo de enfermedades y mejorar el bienestar emocional.
Ahora ¿Cómo se relacionan entre sí los conceptos de bienestar y aislamiento?
Cuando una persona experimenta aislamiento, es común que su bienestar se deteriore debido a sentimientos de soledad, tristeza y abandono. Esto puede llevar a problemas emocionales como la depresión y la ansiedad, así como a complicaciones físicas debido a la falta de apoyo social y cuidados adecuados.
El sentimiento de soledad que genera el aislamiento social, está estrechamente relacionado al bienestar, el cual repercute en la calidad de vida de forma negativa.
Este sentimiento de soledad se relaciona a enfermedades crónicas y a la satisfacción de vida, además de generar otros síntomas como la tristeza, irritabilidad y sentimientos de ser rechazado, entre otros, por lo cual desciende de este bienestar psicológico y físico.
¿Qué consecuencias trae el aislamiento?
Dentro de las consecuencias que podría generar el aislamiento en los adultos mayores, serían las siguientes:
- Potencia la mortalidad
- Potencia la discapacidad
- Deterioro inmunológico
- Deterioro motor
- Deterioro cognitivo de manera acelerada
- Sintomatología ansiosa
- Irritabilidad
- Depresión
Falta de redes de apoyo: Un problema invisible
Uno de los principales desafíos es la falta de redes de apoyo. Muchas personas mayores se encuentran viviendo solas o lejos de sus familiares, lo que dificulta tener una red de contacto constante.
Sin alguien que los visite, converse con ellos o simplemente esté presente, el sentimiento de abandono puede volverse una carga emocional difícil de sobrellevar.
¿Cómo afrontaremos el aislamiento en Adultos mayores?
- Participación
La participación social activa, hay que entenderla como el compromiso o participación de actividades sociales practicadas en comunidad, las cuales determinan una buena calidad de vida o de bienestar. Existe un impacto positivo de la participación social sobre el bienestar psicológico, el cual es aún mayor cuando se integran actividades de ocio y tal práctica se realiza de manera social y compartida.
- Generar vínculos
Los vínculos sociales son importantes, sea con amistades o mantener el vínculo con familiares, ya que ayudan a enfrentar situaciones difíciles y encontrarles un sentido a estos. El apoyo social ayuda directamente al aumento de satisfacción y bienestar. Es importante mantener contactos frecuentes.
- Pertenencia grupal
El estar dentro de un grupo activo y sentirse parte de este e incluido, no solo ayuda a sentir un prestigio social, sino que además da paso a tener un sentido de vida, por lo que el participar de organizaciones sociales como clubes de adultos mayores, talleres, cursos u otros, son buenas opciones, ya que son espacios de unión, contención y apoyo.
Podemos concluir...
Existe una estrecha relación en como el aislamiento puede afectar en la salud mental y física, podríamos decir que no solo afecta en las personas mayores, pero esta la población está sujeta a varios factores que repercuten negativamente, ya que culturalmente, aun se pueden presenciar conductas edadistas (discriminación por la edad) hacia ellos, y, por ende, es una responsabilidad tanto como profesionales y sociedad el poder contribuir con tal de realizar un cambio en la manera en cómo nos referimos y miramos a las personas, comenzando por nosotros a las generaciones más jóvenes.
