Cómo entendemos el maltrato infantil
El maltrato infantil es un problema de salud mundial multidimensional, que se encuentra presente en todos los países del mundo, aunque no siempre es reconocido, debido al desconocimiento y a la normalización de algunas situaciones de violencia ejercidas hacia niños y adolescentes en la vida diaria.
En el caso de Chile, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en su cuarto estudio de maltrato infantil, un 62.2 % de los niños/as que viven en Chile, ha vivido situaciones de violencia psicológica en su vida, un 50.4 % ha sido víctima de violencia física leve y un 28.2%, violencia física grave.
Por ello, se observa relevante interiorizarse mayormente en los tipos de maltrato infantil existentes, con el fin de prevenir tempranamente la ocurrencia o mantención de las situaciones de maltrato en los niños y adolescentes, evitando las consecuencias neurobiológicas, físicas y/o socioemocionales que puedan generarse en estos. Junto con, favorecer que puedan alcanzar su máximo desarrollo personal en los distintos ámbitos en los que se relacionan.
1. Maltrato infantil
El maltrato infantil es toda acción u omisión no accidental realizada hacia niños, niñas o adolescentes de hasta 18 años que provoca un daño en su bienestar físico, emocional y psicológico, y que perjudica su desarrollo evolutivo (Save the Children, 2018).
2. Tipos de maltrato infantil
Según los autores del maltrato:
- Intrafamiliar, cuando los autores son familiares del niño, niña o adolescente.
- Extrafamiliar, cuando los autores son personas externas a la familia
- Institucional, cuando es provocado por instituciones públicas, sociales, educativas, etc.
Según acción u omisión:
- El maltrato físico, vale decir, toda agresión que puede tener o no como resultado una lesión física, enfermedad o que coloque en grave riesgo de padecerlo, tales como, empujones, golpes, mordeduras, pellizcos, etc.
- El maltrato emocional o psicológico, expresado a través de hostigamiento verbal habitual por medio de amenazas, humillaciones, insultos, burlas, críticas, ridiculizaciones, indiferencia y rechazo explícito o implícito, entre otros.
- La negligencia, esto es, la falta de protección o cuidado mínimo por parte de los adultos en relación a las necesidades físicas o emocionales de los NNA, físicas tales como la alimentación, la vestimenta, la higiene, la educación y cuidados médicos y emocionales tales como la falta constante de respuesta a las señales, expresiones emocionales y conductas que buscan la proximidad y el apego iniciadas por el menor, y la falta de iniciativa de interacción y contacto por parte de los padres o cuidadores principales.
El abandono concibe un grado extremo de negligencia por parte de los adultos, tales como, no proporcionar atención médica, educación, amparo u otros elementos esenciales para el desarrollo sano del NNA.
- El abuso sexual que corresponde a cualquier práctica sexual con o sin acceso carnal con un NNA por parte de un adulto que puede concebir tanto el contacto sexual como la exposición a actos sexuales y/o a material con contenido sexual.
Dentro del cual, se encuentran:
- La agresión sexual, corresponde a cualquier forma de contacto físico con violencia o intimidación y sin consentimiento, en la que su forma más grave es la violación.
- El exhibicionismo es un abuso sexual sin contacto físico y que incluye la distribución y exhibición de material pornográfico entre menores.
- La explotación sexual infantil que se puede dar a través de la prostitución, tráfico sexual, turismo sexual, etc.
Es importante señalar también que se pueden evidenciar cambios drásticos y/o manifestaciones, físicas, conductuales y/o emocionales tras el maltrato en los niños, niñas y adolescentes.
Lo cual puede ser reconocido por medio de señales de alarma e indicadores específicos que darían cuenta de la presencia de situaciones de maltrato infantil. Los que, se mencionan a continuación:
3. Señales de alarma e indicadores de maltrato infantil
- A nivel personal: Cansancio o apatía permanente, conductas agresivas y/o rabietas severas y persistentes, actitud hipervigilante, conducta sexual explícita, juego y conocimientos inapropiados a su edad o de autoestimulación sexual en público, regresiones conductuales, dolores frecuentes sin causa aparente, problemas alimenticios, intento de suicidio y síntomas depresivos.
- A nivel escolar: Pocas amistades en la escuela, poco interés y motivación por las tareas escolares.
- A nivel social: Conductas antisociales, como fugas, vandalismo, etc., relaciones hostiles, relación entre niño y adulto secreta, reservada y excluyente, etc.
- A nivel de cuidados parentales: Una aparente poca preocupación por su hijo o hija, baja o nula responsabilidad con el colegio, muestra de desprecio o desvalorización a su hijo o hija en público, sienten a su hijo como “propiedad”, aíslan a su hijo socialmente, en relación a amistades y compañeros, suelen ausentarse o no están presentes en el hogar, hacen uso y justifican la disciplina rígida y autoritaria o sobreprotectora, no suelen reconocer la existencia de maltrato, etc.
Asimismo, se existirían indicadores frente a la presencia de situaciones de maltrato físico, emocional y negligencia, pudiendo evidenciar lo siguiente:
Indicadores de maltrato físico:
La manifestación por parte del NNA que le han causado alguna lesión o esconder la agresión y/o dar respuestas evasivas, la presencia de hematomas, fracturas, quemaduras, lesiones abdominales, torácicas o cerebrales, etc.
Indicadores de maltrato emocional:
Una actitud temerosa ante las personas cuidadoras, tristeza, apatía, retraso del desarrollo físico, emocional y/o intelectual, etc.
Indicadores de negligencia y abandono:
Escasa higiene, hambre, ropa inadecuada para la estación, problemas físicos, emocionales o necesidades médicas no atendidas, retraso en el desarrollo físico, entre otros.
4. Factores de riesgo
En cuanto a los factores de riesgo que podrían aumentar la probabilidad del surgimiento de situaciones de maltrato infantil, se pueden mencionar:
A nivel individual, en los cuidadores:
- Ira e hiperreactividad
- Inmadurez e inestabilidad emocional
- Baja tolerancia a la frustración
- Elevados niveles de estrés
- Baja autoestima
- Trastornos depresivos y ansiosos
- Abuso de drogas y alcohol
- Experiencia de violencia o descuido en la infancia, etc.
A nivel familiar:
- Dinámicas de violencia en la familia
- Escasa interacción de padres e hijos y cohesión familiar
- Estrés familiar por problemas económicos, laborales, por mala calidad de vida, cansancio y/o asociados a la parentalidad.
- Embarazo no deseado
- La concepción de violencia como única forma efectiva de disciplina.
- El desconocimiento sobre parentalidad y disciplina positiva, así como sobre las etapas evolutivas y cognitivas de los NNA.
- Escasas redes de apoyo y soporte social
- Vivir en vecindarios inseguros
- La exposición a pornografía, debido al acceso sin control a internet y/o a la televisión.
- Visiones adulto-centristas de los adultos que invisibilizan la infancia,
- La concepción de los hijos como propiedad y no como sujetos de derechos
- La falta de conocimiento y consciencia de los derechos de los NNA
- La falta de formación de los profesionales en la infancia y sus necesidades.
- La validación del castigo físico como forma de disciplina, considerando el maltrato infantil sólo a las lesiones físicas graves.
5. Consecuencias del maltrato infantil
Si bien en la mayoría de los casos los efectos del maltrato infantil no son fatales, los NNA pueden presentar graves problemas en su desarrollo físico y mental, así como en su salud en general (Save the Children, 2018), con gran riesgo de desarrollar problemas de conducta y posteriores psicopatologías.
Específicamente el maltrato físico se asocia con la aparición de ansiedad de indefensión y con comportamientos agresivos, síndrome de estrés postraumático complejo, modelos vinculares dañinos, trastornos disociativos, problemas de salud mental y física por la somatización del miedo y el dolor, la dificultad para crear una red afectiva de apoyo, problemas de ansiedad, depresión, trastornos de alimentación, etc (Lucero, 2012; Save the Children).
Los efectos del maltrato infantil pueden ser inmediatos, así como las consecuencias del maltrato pueden durar toda la vida, ya que tienen lugar en el momento en que los NNA se están desarrollando física y psicológicamente.
Dentro de las consecuencias neurobiológicas se observan afectaciones en el desarrollo de las estructuras cerebrales de los menores que son sometidos a maltrato, y una desregulación en la segregación de hormonas y neurotransmisores como el cortisol, la adrenalina y la dopamina en ellos, lo que puede repercutir en su control de impulsos y regulación emocional, y en una merma en sus capacidades de atención, concentración o memoria.
Con respecto a consecuencias psicológicas, pueden presentar sintomatología internalizante como aislamiento, miedos, culpa o tristeza, propensión a desarrollar trastornos depresivos, de pánico, ideación suicida, conductas autolesivas y tentativas de suicidio; y externalizante como conductas agresivas y violentas, conductas sexuales de riesgo o adicción a drogas. Por último, en relación a consecuencias físicas se asocia a enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión o migrañas, retraso en estatura y peso, etc.
Por último, en relación a consecuencias físicas se asocia a enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión o migrañas, retraso en estatura y peso, etc.
Dentro de los factores protectores de las consecuencias del maltrato infantil, se encuentran la presencia de un cuidador respetuoso y de confianza que aborde seriamente la situación del menor, así como el apoyo y tratamiento de profesionales competentes.
6. Prevención del maltrato infantil
- Es relevante que los cuidadores aumenten su conocimiento en desarrollo infantil y en estrategias de crianza positiva y saludable.
- Asimismo, debieran existir profesionales capacitados que puedan reconocer tempranamente los indicadores de maltrato infantil, y que conozcan las leyes de garantías de derechos de la niñez.
- En el caso de los niños y adolescentes, debería fomentarse su educación en base a la convención de los derechos del niño, con el fin de que puedan reconocer las situaciones abusivas y denunciar en caso de ser necesario.
Lo anterior considerando que proteger los derechos de los niños es esencial para garantizar su bienestar, desarrollo integral y un futuro digno, y que las familias, las instituciones y la sociedad tienen la responsabilidad de velar por ellos y denunciar cualquier tipo de vulneración.
En caso de observar una situación de maltrato infantil, se puede denunciar en los siguientes contactos de emergencia:
Carabineros de Chile: 133.
Policía de Investigaciones de Chile: 134.
Fiscalía de Chile: 6003330000.
Defensoría de la niñez.
Canal de denuncia: +56 22 4979602.
Informaciones generales: +56 22 4979600.
Fono Familia de Carabineros: 149.
Denuncia seguro: 4242.
Fono infancia: 800200818.
Conclusión
El maltrato infantil es una problemática relevante de abordar, conocer y prevenir tempranamente, debido a que esta afectaría el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes, así como podría favorecer la presencia de psicopatologías si no se trata a tiempo. Por lo cual, es esencial que las personas, y los mismos niños y adolescentes puedan interiorizarse más en la temática, reconociendo los indicadores que den cuenta de situaciones de maltrato infantil, e inicien procesos de denuncia si lo perciben necesario, con el fin de detener la vulneración de derecho.
