Gracias por compartir lo que estás sintiendo, abrirse y admitir que uno no está bien ya es un paso valiente y muy importante. Es completamente normal atravesar momentos de incertidumbre laboral, especialmente después de varios años en el mismo lugar. Lo que estás experimentando no es raro, y muchas personas en su vida laboral llegan a ese punto donde se preguntan si seguir allí tiene sentido o si es momento de buscar algo distinto. Tu preocupación por la edad también es comprensible, pero quiero decirte que nunca es tarde para hacer cambios, incluso pequeños, que renueven tu motivación o te acerquen a un nuevo camino.
Los sentimientos de desánimo pueden tener muchas causas: a veces son señales de que algo en nuestro entorno ya no nos satisface, otras veces reflejan una necesidad interna de crecimiento personal o cambios más profundos en cómo nos vemos a nosotros mismos. No tener claridad no significa que estés fallando, solo que tal vez llegó el momento de detenerte un poco y mirarte con cariño. Podrías empezar por preguntarte qué aspectos de tu trabajo aún te generan satisfacción, y cuáles ya no, y si hay oportunidades de aprender o cambiar dentro o fuera de tu puesto actual. También podrías considerar conversar con alguien de confianza o un profesional que te ayude a ordenar tus ideas sin sentir vergüenza: hablar de lo que nos pasa no es señal de debilidad, sino de fortaleza.
Darte tiempo para entender qué necesitas ahora, sin presionarte por tomar decisiones inmediatas, puede ser una forma amable de tratarte a ti mismo. Es posible que solo estés atravesando una etapa difícil, pero también puede ser el inicio de un cambio que, aunque te dé miedo, podría ayudarte a reconectar con tu propósito y bienestar. No estás solo en sentirte así, y con apoyo y paciencia, puedes ir encontrando el rumbo que necesitas.