¡Hola! Gracias por compartir lo que te está pasando, y créeme que no estás solo en esto. Ese ciclo de motivación ultra intensa seguido por un bajón de agotamiento es más común de lo que parece, y suele tener que ver con que nos exigimos mucho en poco tiempo, sin dar espacio a pausas y autocuidado. Es como si arrancaras un maratón corriendo a toda velocidad… claro que el cuerpo te va a pedir descanso después. La clave está en dosificar tu energía: ser productivo no significa hacer TODO YA, sino ir avanzando con constancia y respetando tus ritmos.
Otra cosa importante es mirar de cerca eso de postergar, que muchas veces aparece cuando sentimos que las tareas son demasiadas o no sabemos por dónde empezar. Ahí puede ayudar un montón dividir las cosas grandes en partes más pequeñas y manejables, y también tener presente que no necesitamos estar al 100% para empezar algo. A veces con un pequeño paso basta para entrar en ritmo. Y ojo, ser amable contigo mismo es esencial, porque la productividad real nace del equilibrio, no del agote. Si sientes que este patrón se repite mucho y te complica, podrías considerar hablar con un/a psicólogo/a que te ayude a encontrar estrategias más personalizadas. ¡Vas por buen camino solo por hacerte estas preguntas!