Lamento mucho tu pérdida. Lo que estás viviendo es profundamente humano, y es completamente natural que sientas que la tristeza se filtra en cada rincón de tu día a día. El duelo no sigue un calendario estricto, ni se acomoda fácilmente a nuestras rutinas, por eso muchas personas sienten que avanza con altibajos. Querer mantener el ritmo de tu vida no está mal, pero es importante que también te permitas sentir, parar un momento si lo necesitas y reconocer lo que estás atravesando. Reprimir el dolor no lo hace desaparecer, solo lo posterga.
Quizás algo que podría ayudarte es buscar pequeños espacios en tu rutina donde puedas expresarte, aunque sea escribiendo cómo te sientes en una libreta cinco minutos al día. También sirve hablar con alguien de confianza, aunque sea por un ratito. Dormir bien, comer sin saltarte comidas y delegar tareas cuando puedas también son formas de cuidarte. Si notas que los sentimientos de tristeza se vuelven muy intensos, prolongados o empiezas a perder motivación, energía o incluso el sentido de lo que haces, sería bueno conversar con un profesional. A veces, dejarte acompañar por alguien capacitado hace una gran diferencia. Estar en duelo y ser funcional es posible, pero requiere paciencia contigo mismo. No necesitas hacerlo todo solo ni rápido.