Hola, gracias por compartir lo que estás viviendo. La verdad es que pasar por tantos cambios importantes en un tiempo corto no es nada fácil y que te sientas emocionalmente sobrepasado es una reacción muy humana. A veces tratamos de mantenernos firmes frente a todo lo que se mueve a nuestro alrededor, pero también es válido darnos el permiso de sentir que las cosas nos afectan, porque sólo desde ese reconocimiento podemos empezar a encontrar nuevas formas de adaptarnos. La flexibilidad emocional no significa no sufrir, sino aprender a movernos con los cambios sin quedar atrapados en la lucha contra ellos.
Una herramienta práctica que puedes probar es aprender a identificar tus pensamientos automáticos cuando el estrés aparece, y luego preguntarte si esos pensamientos te están ayudando o sólo están aumentando tu malestar. A veces cambiarnos de lugar mentalmente, dejar de enfocarnos tanto en el “por qué está pasando esto” o en lo que se ha perdido, y centrarnos en “cómo me quiero cuidar hoy a pesar de esto”, puede ayudar muchísimo. También ayuda mantener pequeñas rutinas estables que te den una sensación de control, como caminar a cierta hora, escribir en un cuaderno aunque sea unas líneas, o simplemente tener momentos conscientes para respirar profundo.
No estás solo en esto y no tienes por qué tener todas las respuestas ahora. El equilibrio emocional no es algo fijo, es algo que vamos reajustando cada día, como cuando tratamos de mantenernos firmes sobre una tabla flotando en el agua. Está bien que a veces tambalees. Con cuidado y con pequeños pasos puedes volver a sentirte más en calma con los cambios.