Hola equipo, quería plantear algunas preguntas respecto a las fobias, particularmente las fobias específicas (como la emetofobia, que es el miedo irracional a vomitar) y cómo se vinculan con mecanismos cerebrales como la disociación o la evitación experiencial. Yo he tenido desde la infancia una especie de respuesta fóbica a determinados estímulos médicos (inyecciones, hospitales, incluso conversaciones sobre enfermedades), lo cual me lleva a evitar por completo escenarios donde pudiera (aunque sea mínimamente) encontrarme con ellos.
Esto me hace preguntarme si esta reacción está más conectada con un aprendizaje condicionado clásico (como proponen las teorías conductistas) o si hay una relación con una predisposición más profunda a disociar ante el estrés. He leído que en algunos perfiles ansiosos con trauma temprano esta evitación puede estar mediada más por una reacción interna automatizada y preverbal que por un aprendizaje consciente. ¿Cuál es la mirada más actual desde la neuropsicología?
Además, algo curioso es que racionalmente comprendo que el estímulo no representa un peligro real, pero aun así la respuesta autónoma es intensa (sudoración, taquicardia, incluso náuseas), lo cual me hace pensar en la idea de memoria somática. ¿Son las fobias una clase de ‘anclaje corporal’ de una experiencia que no siempre es accesible a la mente consciente?
¿Cómo trabajan ustedes desde una perspectiva integrativa estas manifestaciones? Me interesa particularmente el abordaje desde terapias como EMDR, IFS o incluso herramientas somáticas como el SE (Somatic Experiencing). ¿Han encontrado que funcionan para desbloquear estos núcleos fóbicos que no ceden del todo con una exposición convencional?
Gracias por leerme, me interesa mucho saber su punto de vista clínico y experiencial.