Entiendo perfectamente lo difícil que puede ser encontrarse en una encrucijada profesional. Esta sensación de duda es más común de lo que imaginas, y es totalmente válido que busques asesoramiento antes de tomar una decisión importante. Cambiar de trabajo o permanecer en el actual no es solo una cuestión de salario o beneficios, sino también de bienestar emocional, proyección futura y sentido de propósito.
Una buena forma de empezar es preguntarte qué aspectos de tu trabajo actual te generan insatisfacción o inquietud, y si crees que esos aspectos podrían mejorar con el tiempo o si más bien son señales de que es momento de buscar nuevas oportunidades. También piensa en lo que te ilusiona o esperas de un nuevo empleo: ¿Qué te motiva? ¿Qué estás buscando desarrollar profesional y personalmente? A veces no se trata de tomar una decisión inmediata, sino de explorar tus opciones de forma consciente y darte el espacio para evaluar con calma. Hablar con personas de confianza, buscar orientación profesional y reflexionar sobre tus prioridades puede darte claridad en este proceso.
Sea cual sea tu decisión, recuerda que cambiar no siempre significa retroceder, y quedarse no significa conformarse. Lo importante es que la elección esté alineada con tus valores, tus necesidades actuales y tus metas a futuro. Es un buen momento para escucharte con honestidad y avanzar a tu ritmo.